Protección contra incendios industriales

Los filtros suponen una carga de fuego significativa debido a la acumulación de materiales combustibles. En industrias que manipulan partículas finas o sustancias fácilmente inflamables, los filtros actúan como puntos centrales de recogida de dichos materiales. Las partículas calientes, la ignición espontánea o los componentes sobrecalentados pueden ser suficientes para provocar un incendio.

Un problema importante es que los incendios de filtros son difíciles de detectar en sus primeras fases y, a menudo, transcurre un tiempo considerable antes de que se puedan iniciar las medidas de extinción.

En procesos industriales como las modernas líneas de cepillado, los atascos involuntarios de material suponen otro riesgo de incendio. Estos atascos pueden deberse a obstrucciones mecánicas, aglomeraciones de material, un suministro excesivo de material o problemas estructurales.

La acumulación de calor resultante, especialmente en presencia de materiales combustibles, puede provocar rápidamente un incendio.

Los riesgos de incendio son especialmente evidentes en sistemas que funcionan a altas temperaturas, como secadores de banda o hornos de secado. En estos entornos, incluso los focos de combustión más pequeños, a menudo causados por material excesivamente seco, pueden liberar partículas calientes.

Transportadas por el flujo de aire, estas partículas se encuentran entre las causas más comunes de incendios industriales.

Los nidos de combustión lenta son aglomeraciones de material que se calientan gradualmente debido a fuentes de calor externas o a la autoignición, por ejemplo, como resultado de reacciones químicas. Estos procesos hacen que los materiales afectados ardan lentamente durante un período de tiempo más largo sin producir llamas abiertas.

Los nidos de combustión lenta se caracterizan normalmente por temperaturas relativamente bajas. El grupo de materiales brilla desde el interior, mientras que permanece negro en el exterior, invisible para el ojo humano.

Lo que hace que los nidos de combustión lenta sean especialmente peligrosos es su capacidad para arder durante minutos y seguir siendo una fuente potencial de ignición dentro del proceso. Pueden romperse cuando se exponen al flujo de aire, liberando chispas y provocando un incendio mucho mayor. La naturaleza insidiosa de estas fuentes de ignición las hace especialmente traicioneras.

Los objetos extraños son materiales no deseados o contaminantes que entran en un sistema durante el proceso de producción. Pueden consistir en una variedad de sustancias, incluyendo virutas de metal, piedras o clavos. Su presencia puede deberse a interrupciones en el flujo de material o a contaminación externa.

Los objetos extraños suponen un riesgo significativo para las instalaciones de producción. Cuando entran en contacto con piezas móviles de máquinas, como cintas transportadoras, ventiladores o molinos, pueden generar chispas, lo que podría provocar incendios o explosiones.

Las causas más comunes de las chispas incluyen actividades como la soldadura y el esmerilado, fallos en equipos eléctricos u operaciones mecánicas. Las chispas se producen por la gran energía que se libera cuando los metales u otros materiales chocan o debido a descargas eléctricas.

Las chispas son especialmente peligrosas porque pueden inflamar materiales fácilmente inflamables, como gases, vapores o polvo. Incluso las chispas más pequeñas pueden ser suficientes para desencadenar una reacción en cadena que provoque un incendio o una explosión.

Las averías técnicas son fallos o fallos de funcionamiento de máquinas y equipos que se producen durante su funcionamiento. Estos defectos pueden deberse al desgaste mecánico, a un mantenimiento inadecuado o a un funcionamiento incorrecto. Algunas de las averías técnicas más comunes que suponen un riesgo de incendio son el sobrecalentamiento, los cortocircuitos eléctricos y el fallo de componentes críticos para la seguridad.

Estas averías son especialmente peligrosas porque a menudo pasan desapercibidas y pueden desarrollarse gradualmente. Un cortocircuito eléctrico puede generar chispas que encienden materiales combustibles, mientras que las piezas de las máquinas sobrecalentadas pueden incendiar fácilmente las sustancias inflamables cercanas.

El secado excesivo se produce cuando los materiales, especialmente aquellos con un alto contenido de humedad, como la madera o los textiles, se exponen a fuentes de calor intenso durante períodos prolongados. El secado excesivo puede hacer que estos materiales se vuelvan frágiles y altamente inflamables. Esto suele ocurrir durante los procesos industriales o debido al uso inadecuado de los equipos de secado.

El peligro del secado excesivo radica en el hecho de que, aunque el material pueda parecer seco por fuera, la exposición continua al calor puede convertirlo en un peligro potencial de incendio desde dentro. Cuando estos materiales secados en exceso entran en contacto con fuentes de ignición, como chispas o nidos de combustión lenta, pueden incendiarse fácilmente.

Las consecuencias resultantes suelen ser graves. Los incendios causados por el secado excesivo pueden provocar daños devastadores en los equipos y en todas las instalaciones de producción. Además, siempre hay vidas humanas en peligro.

Los incendios en conductos representan un riesgo que a menudo se subestima, especialmente en instalaciones de producción donde los sistemas de escape transportan humo y sustancias inflamables, como aceites y grasas. En la industria metalúrgica, por ejemplo, se pueden acumular depósitos de carbono o grafito en el interior de los conductos. Si las chispas alcanzan estos depósitos, se pueden formar fácilmente nidos de combustión lenta que se convierten en incendios en los conductos.

Estos incendios suelen detectarse demasiado tarde. Por lo general, solo se perciben a través de las emisiones de hollín o la decoloración visible de los conductos. En ese momento, la contención se limita a enfriar el exterior de los conductos y, por lo general, ya es demasiado tarde para evitar que el fuego se propague a otras áreas de producción. Por lo tanto, es esencial contar con soluciones eficaces de detección y extinción dentro de los conductos para minimizar los daños.

Las explosiones de polvo también representan un riesgo significativo para la seguridad. En entornos industriales donde los procesos de trituración y transporte liberan polvo fino de materiales como madera, metal o alimentos, el peligro potencial es especialmente alto. El polvo puede acumularse en el aire y formar atmósferas explosivas.

A menudo, basta una sola chispa o una pequeña llama para provocar una gran explosión. La onda de presión resultante puede causar daños importantes e incluso provocar explosiones secundarias a partir de depósitos de polvo adicionales.